Mensaje del beato Solanus Casey

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Biografía

BEATO SOLANUS CASEY

 

FRAILE CAPUCHINO

Bernard Francis Casey, llamado Solanus Casey nació el 25 de noviembre de 1870 en Wisconsin, Estados Unidos, en el seno de una familia de inmigrantes irlandeses.

A la edad de 21 años ingresó a la escuela secundaria del Seminario de San Francisco en la Arquidiócesis de Milwaukee. En 1897 ingresó como Capuchino en Detroit, Michigan, y recibió el nombre de Solano. En 1904 fue ordenado sacerdote. Trabajó en Nueva York, en Huntington, Indiana y en 1924 fue asignado al Monasterio de Buenaventura de Detroit, Michigan. Como portero del Monasterio conoció a muchas personas y se ganó el reconocimiento de “El Portero”. Él estaba siempre dispuesto a escuchar a todos a cualquier hora, día y noche. Pasó su vida al servicio de la gente. Es conocido en Estados Unidos, por el don de sanar enfermos,  más aún después de su muerte. Durante el período de la Gran Depresión de 1929, el padre Solanus Casey fundó un comedor social para los pobres y desamparados, que actualmente funciona bajo del patrocinio de los Padres Capuchinos y de la Fundación que lleva su nombre.

La vida y legado del padre Solanus Casey trascendió en la historia norteamericana. Se escribieron muchos libros sobre su vida y también se realizaron documentales, como: La Jornada Heroica: Vida y Legado de Solanus Casey, co-producción de EWTN y la Fundación Padre Solanus Casey.

Murió de cáncer en el convento de San Buenaventura de Yonkers, en Detroit, Michigan, Estados Unidos, el 31 de julio de 1957, a la edad de 87 años.

El papa Juan Pablo II lo declaró venerable, el 31 de julio de 1995. Y en el año 2017, luego de que el papa Francisco aprobara un milagro atribuido al padre Solanus Casey, fue beatificado en Detroit el 18 de noviembre del 2017.


Mensaje: 

1º de Agosto del 2008
Mensaje Público

Solanus Casey dice:  “Alabado sea Jesús.”

“El día de hoy he venido para recordarle a cada alma que el sendero a través de los Aposentos de los Corazones Unidos requiere de un compromiso cada vez más profundo para servir a Dios y a los demás, y de una disminución del deseo de servirse a sí misma.”

“Siempre traten de ser los que sirvan, no los que son servidos; traten de ser los que complazcan a los demás, no los que deban ser complacidos.  No caigan en la grave trampa de ver todos los acontecimientos solamente en relación a cómo les afectan a ustedes.  Tal egocentrismo es la ruina de la santidad personal.  Tomen en serio estas palabras.  Es la Voluntad de Dios para ustedes.”